Los ayuntamientos españoles apuestan por la última tecnología en compostaje

De Compostpedia
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La Directiva Marco de Residuos (DMR) pone de manifiesto la estrategia de la Unión Europea en materia de economía circular, enfocada a utilizar de forma eficiente los recursos disponibles, de manera que impone a los estados miembros la necesidad de tomar medidas para fomentar la prevención, la reutilización de los productos y las actividades de preparación para la reutilización y el reciclado, garantizando el cumplimiento de una serie de objetivos claramente definidos de reducción, preparación para la reutilización, reciclado y valorización. Lo que tendrán que incorporar a sus planes y programas de cara a alcanzar los ya famosos objetivos 2020.

Por otro lado, la trasposición al marco normativo español, a través de la Ley 22/2011 de residuos y suelos contaminados establece que las autoridades competentes deberán adoptar las medidas necesarias para garantizar que, antes de 2020, la cantidad de residuos domésticos y comerciales destinados a la preparación para la reutilización y el reciclado para las fracciones de papel, metales, vidrio, plástico, biorresiduos u otras fracciones reciclables alcance, en conjunto, como mínimo, el 50% en peso.

Para alcanzar tales porcentajes de reducción y recuperación de materiales se hace imprescindible la adopción de acciones sobre los biorresiduos, al constituir la mayor fracción contenida en nuestros residuos. Por lo que la ley establece la necesidad de impulsar medidas como la recogida separada de biorresiduos para destinarlos al compostaje o a la digestión anaerobia en particular de la fracción vegetal, los biorresiduos de grandes generadores y los biorresiduos generados en los hogares, el compostaje doméstico y comunitario, el tratamiento de biorresiduos recogidos separadamente y el uso del compost producido a partir de biorresiduos y ambientalmente seguro en el sector agrícola, la jardinería o la regeneración de áreas degradadas, en sustitución de otras enmiendas orgánicas y fertilizantes minerales.

Ante tales retos, muchos ayuntamientos españoles están inmersos en la búsqueda, diseño e implantación de distintos modelos de gestión de la materia orgánica, bien a través de programas de compostaje doméstico y comunitario, recogida a grandes productores, recogida separada de la materia orgánica contenida en los residuos y la instalación de sistemas de tratamiento de la materia orgánica recogida.

Y es quizás el destino de la materia orgánica recogida la que más preocupa a los regidores, por lo que muchos se han interesado por las últimas tecnologías aplicadas al tratamiento de esta fracción y esta búsqueda les ha llevado a apostar por equipos compostadores de última tecnología, tal es el caso de Allariz (Ourense) que ha instalado un BIG HANNA T120 para el tratamiento de grandes productores de su polígono industrial, un modelo de la fábrica sueca Susteco ubicada en Gotemburgo. El ayuntamiento hace una recogida separada de grandes productores y lo procesa todo en su equipo compostador, lo que le ha permitido un ahorro considerable en cuanto a la contenerización, transporte y gastos de tratamiento en las instalaciones de incineración de SOGAMA, modelo de tratamiento generalizado en Galicia, por lo que ha contribuido también a un modelo de tratamiento más respetuoso con el entorno.

Esta instalación ha recibido recientemente la visita de la Directora de Susteco AB, fabricante de Big Hanna, Cecilia EK que en compañía de los distribuidores de Big Hanna en España, BERCA BRAND y los responsables de la instalación han podido comprobar su correcto funcionamiento y la calidad del compost obtenido y que actualmente el ayuntamiento utiliza en el fertilizado de sus jardines públicos.

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Otro caso que ha optado por el tratamiento mediante esta tecnología es el de Palas de Rei (Lugo) que en este caso ha optado también por un modelo Big Hanna que contribuye intensamente a alcanzar unos porcentajes de reciclado del 70% según declaraciones de su propio alcalde, lo que le supone un ahorro de 80.000 euros al año para las arcas municipales, una cantidad considerable si tenemos en cuenta que se trata de una población de tan solo 3.500 habitantes.

Este tipo de instalaciones permiten un tratamiento de proximidad de la materia orgánica, a través de la instalación de equipos en el propio lugar de producción, en el caso de los grandes productores, y de pequeñas plantas de 1.500 ó 2.000 Tm/año en el caso de los biorresiduos recogidos de forma separada, permitiendo un sistema descentralizado del tratamiento para evitar los grandes complejos de gestión de residuos.

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Otro de los ayuntamientos que quieren apostar por la tecnología en el compostaje es el de El Boalo (Madrid) que ha decido solicitar una ayuda al Ministerio de Agricultura y Pesca, Alimentación y Medio Ambiente para la construcción de una planta de compostaje de 450 Tm/año para lo que se prevé un modelo Big Hanna Neter 28 que permitirá el tratamiento de la materia orgánica producida por unos 2.500 ciudadanos.

El Ayuntamiento de El Boalo, actualmente, es un ferviente impulsor del modelo de Economía Circular con iniciativas muy originales que pretenden alcanzar el mayor porcentaje posible de tratamiento de residuos en la propia localidad, con acciones de compostaje doméstico y comunitario, recogida puerta a puerta, avicomposteros, desarrollando incluso un modelo de gestión de tratamiento de los restos de jardín a través de un rebaño de cabras Guadarrameñas que se alimentan de todos los restos verdes generados en la localidad.


Y tras esta senda caminan muchos otros ayuntamientos como Alpedrete, Moralzarzal, Soto del Real, Puerto de la Cruz, Navacerrada, Granadilla, Manzanares El Real, etc.., que ya se han interesado por este modelo, lo que constata que los ayuntamientos españoles apuestan por la última tecnología en compostaje.